Originalmente, los cuentos tradicionales eran cuentos cortos que contaban una historia ambientada en un mundo de fantasía y se transmitían principalmente de forma oral antes de ser recopilados en libros y adaptados al formato impreso. Es gracias a este proceso que los cuentos se han mantenido vigentes a lo largo de la historia.
En los últimos años, muchos de estos cuentos tradicionales, que habían acompañado a decenas de generaciones, han sufrido cambios significativos en sus tramas y especialmente en sus finales, con el objetivo de hacerlos «menos trágicos». En otras palabras, la mayoría de historias como esta, hoy en día, tienen un final feliz, aunque originalmente era bastante diferente. Es el caso de Caperucita Roja, cuento tradicional conocido en todo el mundo por miles de personas, que ha tenido su versión tanto en dibujos animados y películas como en libros impresos, ilustrados en color o en negro y blanco. ¿Cómo termina esta historia? La respuesta varía según la generación de la persona que responda a esta pregunta.
En clase de Lengua castellana, junto a su profesora María del Mar García de Haro, los alumnos de 6º Montesquieu y 6º George Sand abordaron el aprendizaje del género narrativo con un ejercicio práctico de reinterpretación.
Trabajaron en el cuento «El lobo calumniado», escrito por Lief Fearn, en 1988. Este autor decidió cambiar la historia de Caperucita Roja (del francés Charles Perrault) partiendo de la mirada del lobo. Esta versión apela a la empatía y nos hace pensar que siempre hay muchas interpretaciones de lo que sucede a nuestro alrededor.
En pequeños grupos, los niños eligieron otros cuentos tradicionales y luego los reinterpretaron a su manera. Escribieron sus guiones, luego los escenificaron en la sala de usos múltiples, usando máscaras …