Nos complace anunciar que el jurado de la operación «Dime diez palabras … que carecen de aire», cuya temática de la edición 2021 era deliberó y eligió el trabajo de los estudiantes de 4º año del Lycée français international Molière! Su texto se publicará próximamente en la revista Sur les Chemins de l’Ecrrit, publicado por Initiales y colocado en el sitio web del Ministerio de Cultura francés.
La nueva edición del concurso Dis-moi dix mots 2021 invitaba a cada uno a inspirarse en palabras que evocan ¡el aire en todas sus formas! El aire es, efectivamente, una fuente natural, un bien común que tenemos que mantener para el porvenir de la humanidad. Lo asociamos igualmente con la vida, con la energía, con la salud, pero también con la movilidad y la circulación. Fuente de sensaciones, según sea caliente o frío, que embalsama o apesta, el aire es también ese soplo de vida que nos vincula con los demás. Evoca simbólicamente la aventura, una frontera que hay que cruzar.
Bajo la dirección de su profesor de francés, Benjamin Atanian, los alumnos de 4e trabajaron primero sobre las 10 palabras que ilustran la temática (ala, velocidad, burbujear, cámara de aire, despegar, eólico, Foehn, fragancia, insuflar y vaporoso) y luego, se dejaron llevar por el soplo de su imaginación y ¡“La nueva palabra que quería cambiar de aire” nació! :
La nueva palabra que quería cambiar de aire
Dejé la nada para el mundo de las palabras. ¿Cómo? se preguntarán. ¿Una semilla creció? ¿Me llevaron las alas de una cigüeña? No lo sé. Lo único que sé es que ahora existo. Tengo un pasado (cercano, hay que decirlo), un presente y un futuro que me predijeron brillante.
Nací sin lanzar ni un grito, en el ala izquierda de una biblioteca.
Al contrario de mi nacimiento el cual provocó bastante revuelo. Lo anunciaron en todas partes. En la televisión, en la radio, en los periódicos: «¡Una palabra nueva acaba de nacer!» Y aquí estoy ahora en los labios de todos.
Sin embargo, no hice nada para merecer todo eso. Simplemente ha bastado con que pronuncien mi nombre para insuflarme la vida.
Mis padres supieron antes que los demás mi clase gramatical. Gracias a una ecografía.
– ¡Es un verbo! Les anunció el lingüista.
Un verbo: ¡qué clase!
Me hicieron análisis y como todo estaba en orden, me pusieron en la habitación A.R (All Right). Sí, tengo raíces inglesas.
Recuerdo una sensación extraña antes de mi nacimiento. Mis letras no paraban de girar tales como las aspas de un molino eólico. Y, cuando por fin encontraron su sitio, mi cuerpo se formó. Un minúsculo cuerpecito. En seguida, el lingüista me hizo una revisión. Pensó que tenía un muy buen aspecto. Dos sílabas, dos vocales y dos consonantes. Proporciones perfectas. Luego, miró las palabras de mi alrededor.
Hay como un aire de familia, es innegable. Mirad como estas dos L están bien dibujadas… Está claro, esta palabra dará un soplo de aire fresco a la lengua.
Coincidencia o no, recuerdo que el día de mi nacimiento el Foehn soplaba muy fuerte. También recuerdo el perfume familiar que flotaba en la biblioteca. Probablemente, era la dulce fragancia de mi madre. Mi madre, es la pelirroja que está en la mesa y al calor de la cual me instalaron con orgullo.
Hablé mucho con las palabras que me rodeaban y como tengo curiosidad por naturaleza, supe enseguida que no quería quedarme aquí, burbujeando en ese libro grueso que me sirve de incubadora. Yo, soñaba con ir a otros lugares. Quería despegar, salir volando a toda velocidad lejos de los ambientes aterciopelados y vaporosos de las bibliotecas para ir e unirme a las lenguas extranjeras y a las culturas del fin del mundo. De todos modos, no me iba a quedar aquí toda mi vida. Entonces, como deseaba tanto viajar, me llevó el viento. Sin pasaporte, sin motor, sin neumático, ni siquiera con cámara de aire. Simplemente con mis dos alas y mi par de air max.
El soplo de los hombres me llevó hacia nuevos horizontes. Y, poco a poco, empecé a enriquecer las lenguas del mundo entero. Ahora me tienen mucho apreció. Hasta pienso que me han adoptado por completo. Quizás sea el principio de la fama. Por lo menos, eso lo parece…
Satisfechos con su texto que nos invita al viaje, a la reflexión, al placer y a la poesía, los alumnos de 4e, con la ayuda técnica de Adrián Ortiz, acabaron poniéndole voz e imágenes a su creación.
¡Felicitaciones por este fantástico trabajo y tan merecido galardón!